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Crear prosperidad

En la región noreste de Senegal, en Matam, las perspectivas para una joven como Ramatoulaye Diallo son limitadas. Casada a los quince años, se vio obligada a abandonar sus estudios. Entre las nuevas tareas domésticas y el nacimiento de su primer hijo, la escuela dejó de ser una prioridad. 

Matam se encuentra entre las regiones del país con la tasa más alta de matrimonio precoz, que afecta a casi una de cada dos niñas. 

Para contrarrestar este problema, TSF ha asumido el reto, durante los últimos tres años, de mejorar el acceso a la educación para niñas como Ramatoulaye. Al establecer un diálogo entre diferentes sectores de la sociedad, las barreras para el regreso a la escuela están desapareciendo gradualmente. 

El desarrollo que el equipo de TSF ha promovido en África Occidental durante varios años se basa en un proceso que identifica los problemas específicos de las comunidades locales, las moviliza y las integra plenamente en la búsqueda de soluciones adecuadas. El éxito se logra mediante el respeto mutuo y la colaboración eficaz. El programa implementado en Senegal, cuya estructura se basó en nuestras experiencias en Malí, fue llevado a cabo por y para la comunidad de Matam, en colaboración con el equipo de TSF. 

En esta región del país, cuando una joven se casa, se muda con su nueva familia, y la decisión de continuar sus estudios recae en su esposo o su suegra. Por esta razón, TSF ha establecido un plan de acción para llegar a estas mujeres, quienes desempeñan un papel decisivo en la dinámica familiar.  Los intercambios comunitarios y las charlas educativas han contribuido a promover e integrar a este grupo esencial en las conversaciones. 
 
“Fue gracias a las charlas y sesiones de sensibilización que hablaban sobre la importancia de la educación que la ayudé a retomar sus estudios”, explica Fatou Seydou Diallo, suegra de Ramatoulaye Diallo. 

Una discusión a la vez, las jóvenes del pueblo de Loumbal Baladji comenzaron a ver un futuro que ofrecía nuevas posibilidades.  

“La educación de las niñas no es solo un derecho, sino un motor del desarrollo sostenible. Al promover su acceso a la escuela, construimos un futuro más justo y próspero”, explicó Houleye Abou Ba, profesora y moderadora, durante una campaña de sensibilización, el pasado febrero, a favor del acceso de las niñas a la educación. Gracias a estas acciones, las mujeres de Loumbal Baladji han comenzado a generar prosperidad para sus hijos, sus nueras y para ellas mismas. “El futuro nos espera”, afirma Maimouna Wéllé, de 15 años, presidenta del Club de niñas jóvenes.
 
Hoy, Ramatoulaye ha vuelto a la escuela y quiere convertirse en un agente de cambio.  

“Más adelante, quiero ser maestra para ayudar a los niños en su búsqueda del conocimiento. Quiero hacer campañas de sensibilización para que las jóvenes de mi comunidad puedan continuar sus estudios y convertirse en líderes en Senegal”, explica la joven senegalesa. 

Sigamos comprometidos con proyectos humanos, creíbles y sostenibles